En un giro sin precedentes, la diplomacia mexicana enfrenta una crisis después de que fuerzas de seguridad de Ecuador irrumpieran en la Embajada de México en Quito.
Aquí el asunto: Un grupo de policías ecuatorianos no tocó la puerta, sino que entró a la casa diplomática de México a la mala para llevarse a Jorge Glas, el exvicepresidente ecuatoriano, que había sido invitado a quedarse como asilado.
El presidente AMLO no se anduvo por las ramas y sacó la tarjeta roja, mandando a las relaciones diplomáticas con Ecuador a la banca. ¿Por qué? Porque rompieron las reglas del juego internacional al meterse en territorio mexicano sin permiso. La jugada de AMLO fue clara: suspensión de relaciones.
“Se trata de una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México, por lo cual le he instruido a nuestra canciller que emita un comunicado sobre este hecho autoritario, proceda de manera legal y de inmediato declare la suspensión de relaciones diplomáticas con el gobierno de Ecuador”, se dejó leer en las redes sociales de López Obrador.
Los policías ecuatorianos treparon paredes y vallas de la sede de la embajada mexicana para luego entrar y salir como Juan por su casa, mientras se veía que desde temprano fue fuertemente custodiada por militares y generando tensión entre ambos Gobiernos.
Roberto Canseco, responsable de la sección política y diplomática de la Embajada de México en Quito, comunicó a los medios de comunicación que el personal de la embajada fue asaltado por la policía ecuatoriana, que irrumpió en las instalaciones.
“Es completamente inadmisible; esto constituye un acto de salvajismo”, declaró Canseco. Afirmó además que fue víctima de agresiones físicas cuando intentó prevenir la intrusión en el recinto.
El reciente incidente diplomático entre México y Ecuador se intensificó cuando Ecuador declaró a la embajadora mexicana en Quito, Raquel Sesur, como “persona non grata”. Esta decisión fue una respuesta a los comentarios hechos por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sobre el asesinato del excandidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio, así como las supuestas implicaciones de este hecho en los resultados de las elecciones presidenciales en Ecuador, que resultaron en la victoria del empresario Daniel Noboa.
El presidente López Obrador sugirió que el asesinato de Villavicencio impactó negativamente la campaña de Luisa González, del Movimiento Revolución Ciudadana, partido fundado por el exmandatario Rafael Correa. Esta perspectiva es compartida por varios analistas políticos en Ecuador. Sin embargo, las autoridades ecuatorianas han reprobado las declaraciones de López Obrador, considerándolas inapropiadas y una infracción al principio de no intervención en asuntos internos estipulado por la Convención de Viena, lo cual culminó con la exigencia de que la embajadora mexicana abandonara Ecuador.
