En el quinto día de campañas hacia las elecciones del 2 de junio, candidatos de todo México intensifican su presencia en campo, buscando el voto en lo que se consideran las elecciones más cruciales del México contemporáneo. Mientras en Yucatán, Renán Barrera del PAN, PRI y Nueva Alianza muestra su fortaleza en un territorio aún no dominado por Morena, Vida Gómez Herrera de Movimiento Ciudadano se abre paso con su “experimentada juventud”, meintras que la candidata del PRD, Jazmín López Manrrique, “Tina Tuyub”, también hace su lucha en el escenario político yucateco.
Y la pregunta es ¿Qué pasó con Joaquín Díaz Mena?, ¿En dónde está Huacho?
El candidato morenista se está recuperando, está haciendo reposo, está viendo por tv a sus rivales ganar terreno, está escuchando por radio a sus contrincantes hablar de lo que quieren para Yucatán, se está “sanando” ¿De la lesión en el hombro? ¡no! Esa con dos ibuprofenos y un cabestrillo la libraba, iba a doler, claro, pero qué camino al poder no es doloroso.
Huacho Díaz se está sanando del golpe que su dirigencia nacional le propinó, ese no le rompió el hombro, le rompió el orgullo y para eso no hay férula que “pegue” pronto, le dolió que desde México, tomen decisiones que a él le correspondían tomar, que mientras el decía “Ya convencí al Comandante Saidén (Luís Felipe) para que se quede si gano”, la que encabeza a los morenistas del País, Claudia Sheinbaum presentaba a las y los yucatecos a la que sería la nueva encargada de la seguridad estatal.
Joaquín Díaz Mena, perdió el control de su partido en Yucatán, perdió su dirigencia estatal, perdió o le quitaron, como lo quiera entender, su derecho legítimo a tomar decisiones en candidaturas, a la mitad de lo que en la ley electoral se llama intercampañas, el rumbo estaba claro, para él la indicación fue, calladito te ves más bonito, porque en MORENA sólo hay una voz, la que suena en las mañaneras, y si no estás convencido de eso pregúntale a Claudia y a Omar García Harfuch.
Y mientras arreaba ganado y destetaba bovinos, veía en silencio, desde la barrera, como los toros morenistas se embestían entre ellos, veía como municipio tras municipio le daban la espalda, se dividían, se sumaban a Renán Barrera, abandonaban el barco de la 4T porque el capitán no tenía el timón, y gobernar un barco sin estar ni siquiera en el no le da confianza ni al tripulante más leal.
Joaquín Díaz Mena perdió el control de su partido en Yucatán y lejos de buscar como recuperarlo, se refugió en la soledad de la reflexión.
A 5 días de haber iniciado las campañas, Huacho lleva la desventaja, no sólo en la proporción días – campaña, también en la imagen que le ha mostrado a los morenistas en Yucatán, porque mientras los rivales diseñaban estrategias, planes, agendas, recorridos, reuniones; Joaquín Díaz Mena pastoreaba ovejas, y hasta en eso falló, un clavo en el húmero es prueba de ellos, porque mientras sus rivales contaban los segundos para salir a galope, el simplemente no sabía cuando iba a salir porque su misión, la que le fue encargada es la de ser lo que el señor presidente quiera que sea…
Joaquin Díaz Mena perdió el control de su partido en Yucatán, perdió tiempo de campaña, perdió credibilidad entre los morenistas y, muy probablemente, perderá la elección, al tiempo, lo que pida el tiempo.
