Seguramente tú conoces a alguien que usan medicamentos sin indicación profesional; así que aguas, avísale porque puede ser muy riesgoso.
De acuerdo con expertos en la materia, en nuestro país, más del 80% de la población se automedica.
Mario Alberto Ramírez Camacho, profesor investigador de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), advierte que esta práctica puede tener consecuencias graves.
Durante la conferencia “Automedicación: ¿Cuáles son los riesgos para la salud?” En el marco del mes de actividades sobre Prevención de Adicciones, Ramírez Camacho alertó sobre los problemas que pueden surgir al automedicarse.
Uno de los principales riesgos es la resistencia a los antibióticos, lo cual puede hacer que futuras infecciones sean más difíciles de tratar.
Además, el uso excesivo de ciertos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroideos, puede causar gastritis, hemorragias digestivas y efectos secundarios. También hay interacciones entre fármacos que pueden ser peligrosas. Por ejemplo, algunos medicamentos no deben ser combinados.
Es esencial estar bien informados sobre los riesgos de la automedicación, especialmente cuando se trata de menores, personas mayores o aquellos que ya toman otros medicamentos de forma regular.
“No todas las personas reaccionan igual a los medicamentos y síntomas similares no siempre significan enfermedades similares”, explica Ramírez Camacho.
Basar el diagnóstico en búsquedas en internet o en comentarios puede ocasionar serios problemas.
Un error común es pensar que, si un medicamento le funcionó a un amigo o familiar, también nos funcionará a nosotros. Otro mito es creer que los fármacos que se venden sin receta son inofensivos. Es vital que los medicamentos sean recomendados por un médico.
Ramírez Camacho también destacó que tomar la misma medicina ante síntomas parecidos a los de una enfermedad pasada es un error. Igualmente, tomar dos dosis juntas si se olvida una es una práctica peligrosa que puede generar efectos tóxicos en el organismo.
Así que ya sabes, ¡nada de consultar al “Dr. Google”! Mejor, siempre acude a un profesional de la salud.