¡Atentos, lectores! LA NETA, este 2 de junio no es un día cualquiera: estamos hablando de unas elecciones históricas en nuestro país.
Pero, hablemos del ingrediente secreto de esta receta electoral: las encuestas. Algunos dicen que son el oráculo de la política, otros que son solo un termómetro. Pero nadie puede negar que influyen en la vibra electoral. ¿La razón? Si la gente cree en lo que predicen, eso podría inclinar la balanza en el momento crucial: el voto.No seamos borregos, es hora de preguntarte: ¿realmente aciertan? ¿Cuál de todas estas casas encuestadoras tiene la bola de cristal más pulida? ¿Y cuál ha metido la pata? A continuación, les servimos en bandeja LA NETA de algunas de las “predicciones” pasadas para que tú mismo juzgues. ¡Ponte atento! A veces, entre números y estadísticas, se esconde la próxima jugada de nuestra democracia.
En esta elección, GEA se llevó las palmas por ser quien más se acercó al resultado que catapultó a Vicente Fox Quezada a la Presidencia. Con las cifras oficiales marcando un triunfo con el 42.52%, GEA no se quedó atrás y pegó un tiro casi al blanco con su pronóstico del 43.3%.
REFORMA también anduvo cerca del marcador con un 42% para Fox, pero hicieron un finta y no lo pusieron en el podio de los ganadores. La razón: tenían a Francisco Labastida adelante con un 45%, un cálculo que, al final del día, resultó ser el desacierto de su predicción. ¿Moraleja? En el baile de los números, a veces, un paso en falso puede ser toda una caída.
En el terreno electoral, hasta la mejor de las encuestas puede tropezar. En este panorama, todas las casas encuestadoras apuntaban a AMLO como el puntero, pero al final, la historia se escribió diferente. REFORMA, aunque no atinó al ganador, sí que estuvo en la zona caliente: le otorgaba a Felipe Calderón un 34% de los votos, poniéndolo por detrás de AMLO, a quien pronosticaban un 36%. Pero en un giro de tuerca, Calderón acabó con un 35.89%, superando a AMLO por poco margen, que se quedó con un 35.31%. Parece que, en la política como en el clima, aún con la mejor tecnología, los pronósticos no están exentos de sorpresas.
Aquí, si bien la mayoría coincidía en que Enrique Peña Nieto sería el nuevo inquilino de Los Pinos, el diablo estuvo en los detalles: los porcentajes y el ranking de los competidores. DEMOTECNIA fue quien se llevó el oro por precisión, otorgando a Peña Nieto un 40.2%, rozando la cifra oficial del 38.21%.
Pero ojo, porque no todo es lo que parece. Aunque GEA también vaticinaba la victoria de Peña Nieto con un 39.5%, su bola de cristal se empañó al mirar hacia los otros candidatos, AMLO y Josefina Vázquez, quedando sus números más lejos de la realidad. Esto nos enseña que, en la arena política, acertar al ganador es solo parte del juego, el detalle está en calcular cómo quedan los demás jugadores pues es también parte del arte de la predicción.
En la danza de los números, todas estas casas encuestadoras parecían entonar el mismo coro: AMLO sería el ganador. Y en ese coro, PARAMETRIA afinó como ningún otro, asignándole un 53% que prácticamente clonó el resultado oficial de 53.19%. No solo eso, sino que al hacer el repaso por los otros candidatos, PARAMETRIA demostró que para medir el pulso nacional era de lo más fino.
Sin embargo, en este baile de cifras, no todas llevaron el ritmo con la misma gracia. Nuevos competidores como MASSIVE CALLER y DE LAS HERAS entraron a la pista, pero al parecer, sus pasos no calzaron con la melodía de los votos reales. Un recordatorio de que en la política, como en la danza, no basta con seguir la música; hay que moverse al compás de la realidad.
CONCLUSIÓN …
Las encuestas son como el horóscopo de las elecciones. Dan pistas y tendencias, pero no son la bola de cristal definitiva que nos dice cómo terminará la historia. Recuerda que las muestras que toman tienen la mano de quien paga la música, sea un partido o el interesado.
La clave del voto no está en los porcentajes proyectados, sino en la letra pequeña de las propuestas, en su recorrido por la política y, sobre todo, en la confianza que despiertan. LA NETA es que el poder de decidir no está en las estadísticas, sino en nosotros, con nuestra boleta en mano, listos para marcar el ritmo de nuestra democracia. No es un algoritmo quien dirige nuestro futuro, somos nosotros con nuestra voz y voto. No te vayas por lo que las encuestas dicen… Así que sal a votar y decide tú, México te necesita.
