Violencia electoral sacude a Yucatán: tragedia y tensión en Chankom.
En un trágico episodio que sacudió la paz de la comunidad maya de X-Bohom, en Chankom, Yucatán, Martín N., un joven militante de Morena de apenas 21 años, perdió la vida en un enfrentamiento que refleja las altas tensiones políticas en la región. El suceso, que ocurrió el pasado fin de semana, dejó además 30 personas lesionadas en medio de una violenta confrontación entre simpatizantes de Morena y del PRI-PAN.
Todo comenzó la noche del viernes cuando una caravana proselitista de Morena, encabezada por el candidato a la presidencia municipal de Chankom, Manuel Castro, se topó de frente con activistas del PRI y PAN. Los insultos rápidamente dieron paso a un violento intercambio de pedradas y palazos, y, aunque se reportaron disparos al aire, estos no fueron confirmados oficialmente.
Martín N., según la Secretaría de Seguridad Pública estatal, sufrió un traumatismo craneoencefálico que, combinado con una previa condición cardíaca que le impedía enfrentar situaciones de estrés severo, le costó la vida. La Fiscalía General del Estado, tras realizar la necropsia, determinó que la causa del deceso fue un infarto agudo al miocardio.
El trágico evento ha generado una ola de reacciones entre las fuerzas políticas. La dirigencia estatal de Morena lamentó profundamente la muerte del joven, denunciando la violencia y la desesperación de sus adversarios. Por otro lado, Gaspar Quintal Parra, presidente del PRI estatal, atribuyó el incidente al “discurso de odio y polarización” promovido por Morena. La dirigencia del PAN también se ha pronunciado, esperando resultados claros de las investigaciones.
La violencia no se detuvo ahí. Informes de este día indican que la tensión en Chankom escaló cuando el hermano del coordinador de campaña de Morena, Raúl Perera Canul, fue acusado de disparar un arma de fuego contra simpatizantes del PAN y PRI en la comunidad de Xanlah, aumentando el temor y la incertidumbre entre los ciudadanos.
Ante estos lamentables sucesos, las autoridades locales y estatales están tomando medidas para restaurar el orden y garantizar la seguridad en la región, mientras que la comunidad yucateca espera que la justicia actúe prontamente para esclarecer estos hechos y evitar que la violencia eclipse el proceso electoral.
Este oscuro capítulo en la política de Yucatán sirve como un sombrío recordatorio de lo mucho que está en juego en las elecciones venideras, y el crucial papel que juega la responsabilidad cívica en mantener la integridad del proceso democrático.