Un grito de justicia se escuchó en el centro de Mérida cuando alrededor de 300 trabajadores de la salud levantaron su voz en protesta. ¿La razón? La rescisión o renegociación de sus contratos laborales, una noticia que les cayó como balde de agua fría.
La doctora Merci Sánchez, quien trabajaba como médico general en la sala de urgencia del hospital Agustín O’Horan, se convirtió en la vocera de los afectados.
Explicó que fueron contratados por el desaparecido INSABI durante la emergencia por el COVID-19.
“En pandemia fuimos héroes, ahora en las elecciones somos desempleados. Pedimos justicia IMSS Bienestar”, rezaba una de las pancartas desplegadas durante la manifestación.
La doctora Sánchez denunció que, de manera abrupta, les informaron que sus condiciones laborales serían modificadas. Les ofrecieron tres opciones, ninguna favorable para quienes arriesgaron su vida durante la pandemia.
“Nos dijeron que podríamos cambiar a Campeche o Quintana Roo con el mismo contrato de IMSS Bienestar, firmar un contrato estatal sin prestaciones y un sueldo reducido, o simplemente renunciar”, resaltó.
Recordaron las promesas del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien había asegurado que todos serían basificados al finalizar la pandemia.
“Pensamos que tendríamos una basificación al final de todo esto, pero la realidad es otra. Nos prometieron bases y ahora ni siquiera tenemos nuestros contratos iniciales”, lamentaron.
Es importante recordar las palabras del presidente, quien en Veracruz prometió basificar a todos los trabajadores de la salud. Sin embargo, en Mérida, esa promesa parece haber quedado en el olvido.